Paúles 53- Barrena Berri 49: la crónica

Recupero por esta semana mi antigua condición de cronista y azote oficial del equipo con motivo de la celebración, el pasado viernes, de La Almudena (la “Madalena” para otras) en la capital del reino, lo que me permitió realizar una incursión por tierras baracaldesas con vistas a sanar una reputación que unos y otros tratan de menoscabar semana sí semana también. Para más INRI, en un gesto que tardará tiempo en repetirse vista la contraprestación recibida, decidí prolongar mi estancia más allá del fin de semana para poder asistir al espectáculo semanal del equipo de moda de la 2ª Regional Preferente. Siguiendo los consejos de un ex-compañero de equipo, ahora compañero de chuflas, prescindiré, y sin que sirva de precedente, de los ornamentos y demás artilugios lingüísticos que suelen saturar mis crónicas y pasaré directamente a dar estopa a diestra y siniestra.

Al parecer, según las crónicas del individuo responsabilizado de tales menesteres durante mi ausencia, venía el equipo de sufrir su primera derrota en las laderas de Artxanda tras cuatro partidos en los que, sorprendiendo hasta al más optimista del lugar y para desgracia de sus ex-compañeros, se habían solventado los distintos encuentros con aparente facilidad y solvencia. Era de esperar que en el primer encuentro en el que yo hiciera acto de presencia en calidad de espectador el equipo decidiera quitarse la careta y recuperara la peor versión de la que se tiene constancia. Resulta difícil hablar de lo que aconteció en los dos primeros cuartos sin recurrir al insulto. Es más, si no fuese porque uno se sacrificó y se preocupó de quedarse, por supuesto contra su voluntad, hasta altas horas de la madrugada por los bares de la localidad el día anterior con vistas a que los distintos miembros del equipo hicieran honor al más que dudoso apelativo de deportistas, pensaría que éstos acudieron al pabellón de la Lasesarre todavía en estado etílico.

Cuatro minutos exactos tardó el equipo en inaugurar su sección del electrónico y fue simplemente para que éste reflejara un mísero y pírrico empate a 2. Para entonces, el juego desplegado por ambos equipos había provocado tal número de cabezadas entre los incondicionales allí presentes que, durante un momento, las gradas se asemejaban más a La Meca en día de peregrinación masiva en torno a la Kaaba que a unas instalaciones deportivas. De hecho, por momentos, incluso me pareció escuchar los alaridos que profería la criatura de Juan y Nines desde el vientre de ésta en los que rogaba a su progenitora que cesara de someterle a tamaña tortura. Creo que el resultado imperante una vez llegado el descanso habla por sí solo: 19-24. Baloncesto control, o para ser más precisos, baloncesto descontrol. Puede que algún jugador se salvara de la quema, pero, desde luego, si así fue, su actuación quedó eclipsada por la del equipo en general.

Para deleite de los espectadores que no decidieron acabar con esta cruel agonía ya en el descanso, el tercer cuarto proporcionó los primeros atisbos de baloncesto de la tarde, especialmente por parte del equipo local, lo que permitió a éste llegar a alcanzar incluso ventajas de dobles dígitos. Como recompensa a la buena labor desempañada durante este tercer cuarto, Mr T decidió mantener el mismo quinteto al principio de los últimos diez minutos del encuentro. Poco tardaron en volver los susodichos a su lugar natural, esto es, el banquillo, tras crear serias sospechas de que lo acontecido en el cuarto anterior había sido mero fruto de la casualidad. De ahí hasta el final, Barrena Berri consiguió apretar el marcador, momento en el que el partido se convirtió en una demostración de imprecisiones (por no utilizar un calificativo más grosero) desde la línea de tiros libres, por supuesto, para gozo del que escribe, que ve partido tras partido cómo la responsabilidad que se le atribuyó la temporada pasada en el lamentable porcentaje de tiros libres del equipo carece de cualquier fundamento.

Efectivamente, sed positivos y quedaos con el resultado, que para el resto ya están estas crónicas. Parece ser que el partido del fin de semana que viene se ha trasladado a otra fecha por las numerosas bajas que presentaba el equipo. Aprovechen pues para destrozarse el hígado sin que ello tenga repercusión alguna en la salud de su entrenador a la par que compañero de equipo.

Gracias a las dos admiradoras que durante el pasado fin de semana defendieron mi prosa a pesar del sarcasmo vertido por sus respectivos.

HM Borja