Paúles 87 - Chupín y pasacalles Munguia 42 (por Borja Petrelli)

Homicius: Edito para poner las estadísticas del partido. Ya están actualizadas las Estadísticas. Como se ve, nos mangaron un triple...

Por aclamación, allá va la crónica.
En primer lugar, rogar disculpas a mis fieles seguidores por la tardanza en la redacción de la crónica pero es que la resaca post copera ha sido morrocotuda. Competición que me sirve para establecer un símil, ya que si el Barsa de Ivanovic se ha caracterizado este año por dinamitar ventajas de 15 o 20 puntos en el tercer cuarto para acabar perdiendo el partido, este nuestro equipo se caracteriza por elegir un cuarto de manera aleatoria para desplegar un juego putapénicamente malo, que contribuye, como mínimo, a hacernos ir a casa con ese mal sabor de boca que solo un kalimotxo mal mezclado saber dejar.

A pesar de enfrentarnos a uno de los equipos más débiles del grupo, las circunstancias del partido una vez más invitaban a pensar en una mañana llena de emociones. En primer lugar, el equipo volvía a contar con las bajas de Jonju y Berce, quien entre semana se resintió de sus molestías de gemelo. Por otro lado, el horario infrahumano del partido, 10.20 de la mañana, unido a las actividades nocturnas de dudosa reputación de ciertos miembros del equipo, nos hacían temer lo peor a los más sanos. Sin embargo, en un alarde más de profesionalidad, todo el mundo acudió a la hora y a dos patas a la cita en el Polideportivo de Lasesarre, el cual, debido al horario, presentaba un aspecto más desangelado de lo normal.

En lo que al partido respecta, el primer tiempo discurrió dentro de los cauces normales, a tenor de la diferencia entre ambos equipos, por lo que se llegó al descanso con el resultado de 51-16. Esta vez, elegimos el tercer cuarto para desplegar nuestro repertorio de despropósitos, hasta el punto de que la pobre niña de Berce, que se encontraba viendo el partido junto a su padre, acabó vomitando como resultado de la lamentable actuación del equipo, tras lo cual, decidió quitarse una zapatilla y arrojarla al campo, algo que sólo la pronta intervención de Berce puedo evitar. En el cuarto cuarto el equipo lavó levemente su imagen para al final obtener una diferencia mínimanente digna en el marcador.

El bueno: me voy a permitir el lujo de dárselo esta vez a Raúl, ya que tuvo una actuación bastante destacada tanto en defensa como en ataque, secundado también por el mayor de los miembros de la saga de los García Panizo.

El feo y el malo: extraordinariamente unificamos esta semana las dos categorías para dárselas al jugador anteriormente conocido como Homicius y Planinic, ahora Hiro Nakamura, quien metido en el papel, decidió controlar el continuo de tiempo y espacio y teletransportarse del campo al banquillo en menos de dos minutos con dos faltas personales y una técnica.

Mención aparte merecen nuestros amigos del Saskel, quienes durante el descanso decidieron darle una nueva connotación a lo de ser una banda de equipo y nos premiaron a todos los asistentes al polideportivo con unas piezas del cancionero euskaldun con trikitixa y pandereta desde su banquillo, actuación que continuaron a la finalización del encuentro.

Fotos por cortesía de Oscar "Kakiuzis" Berceruelo.