Parque X Aniversario 46 - Paúles 56

Procedo a elaborar la crónica semanal sumido en el más profundo de los procesos depresivos al comprobar que sin existir relato formal de lo acontecido en la tarde de ayer en el colegio de Salesianos ya acompañan a este post 60 comentarios, por lo que, dudando de que dicha oleada de anotaciones tenga su origen en las estadísticas, únicamente me queda llegar a la conclusión de que los comentarios que suelen acompañar a mis crónicas no son originados por la calidad de mi prosa, sino por las pocas ganas existentes entre los miembros de este y otros equipos vizcaínos de contribuir al progreso de la economía vasca.

Dicho lo cual procedamos a descuartizar lo sucedido ayer. Nueva victoria de este grupo de individuos (malos jugadores, peores personas) que hace llamarse equipo de baloncesto. Cual metamorfosis kafkiana, el equipo parece haberse propuesto durante esta fase de ascenso ofrecer una versión de sí mismo complemente diferente a la mostrada en semanas precedentes. En este sentido, el equipo decidió ayer (desconozco si de mutuo acuerdo) rendir un homenaje al Limoges de Maljkovic y deleitar al escaso público que, dispuesto a perder dos horas de su vida, se congregó en el pabellón, con un cúmulo de despropósitos ofensivos o de aciertos defensivos (botella medio llena o medio vacía) hasta el punto de que por momentos se temió que el partido acabara con prórroga y penalties.

Ya nos llevamos en la primera vuelta un buen susto con Parque X Aniversario en un partido que estuvimos a punto de perder y que costó Dios, Jonju y ayuda ganar. Con esto en mente, el equipo salía ayer al partido con la máxima de no añadirle tantas dosis de emoción al encuentro por el bien de nuestros maltrechos corazones. El primer cuarto resultó bastante igualado, con ambos equipos dando el do de pecho tanto en ataque como en defensa en lo que parecía presagiar un partido realmente apretado. Sin embargo, durante el segundo cuarto, el equipo comenzó poco a poco a abrir brecha con ventajas que rondaban los 8 o 10 puntos, ventaja esta última con la que se llegaría al descanso y que hubiese podido ser de 12 puntos de no ser por la enésima demostración de cómo no defender un último ataque del equipo contrario.

Una vez más, un tercer cuarto para olvidar volvió a meter a Parque en el partido hasta el punto de que llegaron a disfrutar de mínimas ventajas en un marcador electrónico flanqueado a izquierda y derecha por San Juan Bosco y una virgen cuyo nombre desconozco, pero que bien podría tratarse de la del perpetuo socorro, dadas las agonías de las que solemos hacer gala en algunos partidos. Ante la inoperancia mostrada en ataque, el equipo salió en el último cuarto, cual Athletic al borde del descenso, con la clara voluntad de plantar el autobús en defensa y de colgar balones a la zona para intentar marcar gol en algún balón suelto. Dicha estrategia surgió efecto y un último cuarto para enmarcar en lo que al aspecto defensivo se refiere nos permitió piedrita a piedrita llegar hasta los 10 puntos de diferencia finales, dejando al equipo contrario en 46 puntos.

En conclusión, victoria laboriosa que, acompañada de algunos de los resultados registrados durante el fin de semana, nos coloca en una situación tremendamente favorable de cara al ascenso, ya que consiguiendo una victoria en la jornada doble del próximo fin de semana y, salvo mayúsculo descalabro, nos convertiríamos virtualmente en equipo de regional preferente. Asimismo, en un alarde de positivismo del que no volveré a hacer gala hasta que no tenga en mis manos la copa de campeón (o en su defecto de subcampeón) de la categoría a rebosar de líquido espirituoso, he de decir que ayer me agradó la solidez mostrada, especialmente en defensa, en ciertos momentos del partido, hasta el punto de venirme a la cabeza el pensamiento de decir "Joder, qué complicado es ganarnos". Resulta especialmente gratificante ver a jugadores del equipo contrario desquiciados al final del partido por no haber podido ganarte. Y lo digo con el máximo de los respetos.

Buena semana a todos.