Lo primero para que no se interprete como una queja de perdedor, dar la enhorabuena a Romo que jugó mejor partido que nosotros y del que han sido justos vencedores.
Y ya paso a hablar de la carrera de cuádrigas al estilo Ben-Hur que nos obligaron a jugar la señora (o señorita) árbitro y el niño-árbitro. Sí, un niño-árbitro, un chaval que no se ha afeitado todavía en esta vida y al que le ponen a dirimir encuentros duros y broncos entre jugadores que casi le triplican la edad y en los que no sabe ni qué hacer. ¿Culpa del chaval o de quien le pone ahí?.
Salimos todos relativamente ilesos porque el partido no fue más disputado en los minutos finales pero en caso contrario seguramente la cosa hubiera pasado a mayores. Si quienes se encargan de impartir justicia baloncestística tienen el silbato a la altura del estómago y son incapaces de hacerlo sonar pasa lo que pasa, que un partido de basket se transforma en un combate de lucha greco-romana con una pelota grande por ahí circulando. Y lo peor de todo, esto seguirá pasando.
Saludos cordiales
PD: Multas actualizadas. Javi tuvo que pagar!!!