CD Aurrera Ondarroa 68 - Paúles 88
Gran partido y gran victoria la cosechada ayer tarde por nuestro equipo en la muy noble y leal villa de Ondarroa. Todo ello a pesar de partir de Barakaldo cual gorrinos que acuden al matadero, al haber tenido conocimiento el día anterior de que al estamento federativo no le había salido de las gónadas enviar árbitros o mesas a dirigir el encuentro. Ante la epopeya del fin de semana anterior para llegar a Santutxu, el equipo estaba citado en la Peugeot dos horas y cuarto antes del partido. Esta vez, sin embargo, llegamos con tal antelación a Ondarroa que bien hubiésemos podido ir a Barakaldo y volver con todavía tiempo de realizar un calentamiento más que digno. Para el partido de ayer era baja Jorge, quien además de estar lesionado, se encuentra en el Viñarock disfrutando de la crème de la crème de la escena "fusión" nacional e internacional, aunque, según parecen indicar las crónicas de la prensa general, la única fusión que debe estar experimentando es la del agua con el barro.
En los prolegómenos del partido convenimos que confiaríamos en las personas que Ondarroa designará para arbitrar la contienda, en un intento por no convertir el partido en un lamentable y bochornoso cruce de despropósitos disciplinarios. El partido no comenzó con perspectivas muy halagüeñas. Aunque de inicio el marcador se mostró apretado, la diferencia de altura de los pivots del equipo contrario pronto comenzó a hacer mella, haciendo que Ondarroa se pusiera por delante en el marcador, debido a la incapacidad de contrarrestar dicha diferencia de centímetros y a varios triples (como no, uno de ellos a tabla). Esto provocó que Ondarroa alcanzara rentas en el marcador de hasta 8 puntos entre el primer y segundo cuarto. En el segundo cuarto, nuestro equipo comenzó a hacer gala de la defensa que tantos beneficios nos ha proporcionado esta temporada e inició una remontada progresiva en el marcador, a lo que contribuyó el hecho de que, una vez más, Berce sacara su muñeca a pasear. En consecuencia, al descanso llegamos con una ventaja de 10 puntos con la que, a tenor de lo vivido en los dos primeros cuartos, bien podíamos decir que nos dábamos con un canto en los dientes.
A partir del tercer cuarto Ondarroa ya no volvió a mostrar la solidez del inicio del partido, por lo que nuestra ventaja continuó aumentando, en particular gracias a la lucidez y acierto mostrados a la hora de atacar la defensa en zona del contrario. Mención especial merecen nuestros pívots, en especial el presidente y vicepresidente de albañilería y fontanería S.A (Pedro y un modesto servidor), quienes dispusieron sobre el parqué unos movimientos triangulares que ni el mismísimo Pitágoras hubiese conseguido reproducir con ayuda de escuadra y cartabón. La diferencia de 18 puntos con la que (creo) llegamos al final del tercer cuarto se antojaba definitiva de cara al final del partido. Quizás a causa de esta diferencia, el equipo salió algo relajado al inicio del último cuarto, lo que permitió que Ondarroa se acercara hasta los 10 puntos en el marcador, si bien la cosa no pasó a mayores y, tras esta breve empanada, conseguimos volver a aumentar la diferencia hasta los 20 puntos finales, a lo que en gran medida contribuyó el control sobre el tempo del partido que ejercició Homicius, perfectamente consciente del cuarto en el que nos encontrábamos... (hasta aquí puedo leer, procedan los sucesivos comentarios sobre la presente crónica a hacer leña del árbol caído).
En resumen, gran partido del equipo, en mi opinión el mejor de lo que va de fase de ascenso. Con este partido concluye la primera vuelta de dicha fase de ascenso para nuestro equipo. A partir del fin de semana que viene comienza nuestra "May Madness" particular, al más puro estilo NCAA, en un mes de mayo en el que disputaremos la totalidad de la segunda vuelta.
Etiquetas: Crónicas 2006-2007